Declaración de Delft sobre Integridad del Sector del Agua

Conclusiones del Water Integrity Forum 2013

El agua es un recurso fundamental para el desarrollo sostenible. Es indispensable para erradicar la pobreza, asegurar la disponibilidad de agua, alimentos y energía para una población que se incrementa rápidamente, y mantener ecosistemas que sustenten los medios de vida de las generaciones futuras. En la mayoría de los países, la crisis del agua no se debe a la escasez de recursos sino mayormente a falencias en su gestión. La fragmentación institucional obstaculiza la rendición de cuentas en un sector que recibe importantes volúmenes de inversión y ayuda, y esto hace que resulte particularmente vulnerable frente a la corrupción. La falta de integridad que afecta al sector del agua implica enormes pérdidas para las sociedades, al cobrarse vidas, frenar el desarrollo, desperdiciar el talento de las personas y degradar los recursos.

La importancia del agua y la gobernabilidad efectiva ha sido reconocida durante la preparación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), así como en numerosas declaraciones y convenciones [1]. El Informe del Grupo de Alto Nivel de Personas Eminentes sobre la Agenda para el Desarrollo después de 2015 y el VI Foro Mundial del Agua abordaron la relación entre la gobernabilidad efectiva y la integridad y el control de la corrupción. El concepto de integridad del sector del agua refleja los cambios transformadores identificados por el Grupo de Alto Nivel, al sumar una asociación global a la gestión equitativa, sostenida y responsable de los recursos hídricos y los servicios que estos brindan a todas las sociedades. Forma parte integral de los objetivos representativos sobre agua, gobernabilidad efectiva, gestión de recursos naturales y seguridad alimentaria. Eliminar la corrupción en todos los sectores vinculados con el agua e incorporar la integridad a las políticas y planes de acción será fundamental para estas aspiraciones.

A fin de dar impulso a la promoción de la integridad en el sector, la Red de Integridad del Agua (Water Integrity Network, WIN), el Instituto UNESCO-IHE para la Educación relativa al Agua y el Centro de Gobernabilidad del Agua (Water Governance Centre, WGC) aunaron esfuerzos para organizar el primer Foro Internacional sobre Integridad del Agua en los Países Bajos del 5 al 7 de junio de 2013. El Foro contó con la asistencia de más de 100 expertos en materia de agua e integridad de más de 75 organizaciones en todo el mundo.

Tras reflexionar sobre distintas cuestiones vinculadas con la integridad y el agua, la conferencia concluyó que:

  • Si bien la integridad del sector del agua comprende el control de la corrupción, es un concepto mucho más amplio. Abarca la integridad de los recursos hídricos, así como la integridad de personas e instituciones. Los desafíos en materia de integridad son muy variados, y pueden manifestarse a través de transacciones financieras, manipulación de conocimientos e información, discriminación de cualquier tipo, extracción de aguas y vertido de desperdicios en forma ilegal o irresponsable, así como normas y procesos tendenciosos que favorecen a los poderosos y los intereses cortoplacistas por sobre la equidad, la imparcialidad, el bienestar de la sociedad y la sostenibilidad a largo plazo.
  • Generar integridad y superar la corrupción constituyen cuestiones de relevancia global. La gestión del agua es una materia compleja, que requiere un importante volumen de capital y con frecuencia se concreta a través de monopolios, lo cual genera incentivos sistémicos para el abuso de poder. La adopción de decisiones se encuentra atomizada entre distintos ámbitos políticos y jurisdicciones, y esto favorece un aprovechamiento generalizado de los vacíos legales. Estas características hacen necesario fomentar activamente la integridad en todos los niveles, desde el ámbito local al global, para los sistemas de agua nacionales y transfronterizos. La existencia de marcos de resultados claros y exhaustivos,
  • sumados a la transparencia, constituye la base para la rendición de cuentas y la participación de los actores interesados. El acceso público libre y simple a información y datos relevantes, confiables y coherentes, incluidos documentos de índole jurídica, ha sido reconocido como una de las condiciones más indispensables.
  • Promover la integridad en el sector del agua requiere ampliar las bases, y reconocer la conexión fundamental entre agua, producción de alimentos y suministro de energía; así como entre agua, saneamiento y salud humana; y entre pobreza, asentamientos informales y vulnerabilidad frente a corrupción. Ampliar las bases se refiere además a la posibilidad de una gestión más inclusiva de los recursos de agua. Los enfoques multidisciplinarios también resultan claves para garantizar la integridad en el abastecimiento de agua. Estos enfoques deben acercar el debate a los actores interesados menos influyentes, incluidos los sectores pobres, así como a la comunidad empresarial, que pese a su poder muchas veces no está sensibilizada sobre estos temas, e incluir al medioambiente y las generaciones futuras como los actores “silenciosos”.
  • Promover la integridad del agua también exige un mayor impulso, y reconocer a la vez que la complejidad de los nuevos desafíos que implica el rápido crecimiento de la población, la urbanización, la destrucción acelerada de ecosistemas acuáticos productivos y el cambio climático podría desbordar las estructuras existentes. La disponibilidad de un volumen significativo de financiamiento para solventar la adaptación al cambio climático y servicios vinculados con el ecosistema genera desafíos de integridad adicionales. Un mayor impulso implica, entre otras cosas, mejorar los sistemas para brindar datos y evidencias sobre integridad en cuestiones vinculadas con el agua, crear organismos de regulación eficaces y superar los problemas relativos a fragmentación institucional. También requiere generar confianza entre los actores interesados, concienciar a través de información creíble y crear capacidad profesional en función de códigos de conducta claros.

El costo de mantener una postura pasiva podría ser demasiado alto. El Foro y sus socios instan a los gobiernos, la ONU y las organizaciones internacionales, el sector empresarial y la sociedad civil a trabajar para promover la integridad en el sector del agua. Combatir la corrupción es el primer paso indispensable, pero sin duda no es suficiente. Debemos facilitar los cambios transformadores recomendados, y comenzar a modificar las actitudes y conductas personales e institucionales.

Trabajar en pos de la integridad del agua requiere ejecutar acciones concretas, como:

  • usar y ampliar las redes existentes y construir nuevas alianzas entre los distintos sectores para conseguir un amplio consenso en materia de integridad del sector del agua, y emplear múltiples vías de comunicación para difundir los problemas existentes y sus posibles soluciones;
  • instar a las organizaciones, incluida la nuestra, a tomar en cuenta la integridad del agua en el desarrollo de políticas, estrategias y planes de acción;
  • invertir en procesos inclusivos que involucren a múltiples actores interesados y fomenten la colaboración más allá del sector del agua, sumando a la vez a organizaciones de usuarios, inversionistas, autoridades de planificación e instituciones de gestión claves en los distintos países para que adopten programas de reforma;
  • incorporar temas vinculados con la integridad en el sector del agua, incluidos estándares para la gestión efectiva de aspectos de integridad [2], al desarrollo de capacidades, la formación profesional y la enseñanza;
  • tener presencia en foros internacionales y regionales, incluida la Semana del Agua en Budapest 2013 y el VII Foro Mundial del Agua, para fomentar la incorporación de la integridad del agua a los objetivos de desarrollo posteriores a 2015 vinculados con acceso al agua, uso del agua, gobernabilidad efectiva y gestión de recursos naturales;
  • poner más datos a disposición del público, que puedan ser consultados libremente y resulten de fácil comprensión, a fin de promover la intervención informada de los ciudadanos en la toma de decisiones;
  • avanzar con determinación en la adopción de un código de conducta universal que regule el comportamiento individual e institucional, y que esté basado en principios, valores y habilidades éticas.

Delft, Julio 2013

 

[1] Incluidas, entre otras, la Declaración del Milenio de la ONU, las Convenciones de la ONU sobre los Derechos del Niño (CDN) y sobre la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW), y la Convención de la ONU contra la Corrupción (CNUCC), la Convención de la OCDE para Combatir el Cohecho de Servidores Públicos Extranjeros en Transacciones Comerciales Internacionales y varias convenciones regionales contra la corrupción.

[2] A partir de las normas ISO 9000 sobre gestión de calidad, 14000 sobre gestión ambiental y 21500 sobre gestión de proyectos.

 

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