El concurso fotográfico organizado por WIN en 2011 se centró en el valor incalculable del agua, así como en los peligros que supone una gestión inadecuada de este recurso en contextos urbanos. Se calcula que, para 2030, 5.000 millones de personas vivirán en ciudades, donde la corrupción puede tener un efecto devastador para la calidad del agua y su distribución.

Los residentes del barrio marginal de Mirpur deben formar fila varias horas para juntar agua. Los niños aprovechan a tomar agua cada vez que encuentran una tubería. Los residentes de esta chabola pocas veces tienen agua potable. Debido al fuerte hedor y las aguas residuales, el agua presenta alto riesgo. (Dacca, Bangladesh)

La Autoridad del Agua instaló una fuente gratuita de agua potable limpia para los residentes de bajos recursos que viven en la periferia de Gulshan, en Dacca. Pero como no podía ser de otra forma en un lugar donde la corrupción es la norma: ¡las personas tienen que pagar!

Una mujer en Pamplona Alta, Lima, en Perú, de pie junto a los tachos azules altos que llenan con agua potable, y que luego les son enviados en camiones cada dos días. Esta agua cuesta al menos cuatro veces más que el agua que otras personas reciben normalmente en sus casas.

Tratamiento del agua: Como parte de un proyecto para rehabilitar el río Pasig, se construyó una planta de tratamiento cloacal en la ciudad de Marikina (Filipinas), donde se tratan y reciclan las aguas residuales provenientes de viviendas y establecimientos comerciales.

Un niño vende agua potable en bolsas, en la ciudad de Kumasi, en Ghana. El mensaje en la parte trasera del automóvil asigna un significado especial a su tarea.

Los veranos en India son abrasadores, y escasea el agua pura. La fotografía fue tomada en Kolkata, India oriental. Estas personas se llaman visti. Llevan agua pura en bolsas de cuero que pueden cargar varios galones de agua, para aplacar la sed de la población. En India creemos que recibimos bendiciones al saciar la sed de otras personas, y los vistis viven de las bendiciones de personas sedientas.

Fábricas de jeans azules en la región de Tehuacán, Puebla, en México. Los procesos industriales aplicados son sumamente tóxicos para los trabajadores y requieren millones de litros de agua extraída ilegalmente de napas. Una vez completado el proceso, el agua contaminada se vierte directamente al suelo.

Formar fila para la vida: Residentes de chabolas en la ciudad de Kolkata, en India, no cuentan con acceso a una fuente separada y forman fila para juntar el agua que necesitan para el día de una canilla instalada por la alcaldía local junto a una calle.

Buriganga, el río más importante que pasa junto a la ciudad de Dacca, la capital de Bangladesh, es actualmente uno de los más contaminados del país debido al vertido desenfrenado de residuos industriales y cloacales. Hace 40 o 50 años, el trayecto en embarcación por el histórico río Buriganga en la capital era uno de los circuitos obligados para los dignatarios que visitaban la ciudad. Llegó a ser la principal fuente de agua potable para los residentes de Dacca. Hoy en día, lo primero que perciben los visitantes es el olor nauseabundo y los peces en descomposición debido a la contaminación masiva. El hedor es insoportable. Según el Departamento de Medioambiente, cada día se vuelcan al río hasta 40.000 toneladas de vertidos de curtidurías, además de aguas cloacales de Dacca, una ciudad de más de 10 millones de habitantes. Se han erigido estructuras ilegales en las márgenes del río, lo cual ha estrechado su curso y generado mayor suciedad, a la vez que los transbordadores vuelcan combustible en sus aguas. Es actualmente un río en vías de desaparición y la situación no hará más que agravarse, a menos que se adopten urgentemente medidas para revertir esta tendencia.

El Sr. Rahmat, que vive cerca de la costa del río Anai en Padang City, Indonesia, se ocupa de mantener limpias sus aguas.