Declaración conjunta por IRC WASH, WaterAid, y WIN.
“La capacidad de los países con bajos y medianos ingresos, para movilizar financiación adicional y reembolsable y para explorar innovaciones financieras, depende en gran medida de la habilidad del sector para demostrar que recibe y hace buen uso de la financiación existen.»
– Sanitation and Water for All, 2020, Agua y Saneamiento: Cómo hacer que la inversión pública funcione. Un manual para los ministros de finanzas
El agua, el saneamiento y la higiene (WASH) son esenciales siempre, más aún como respuesta a la pandemia del COVID-19. El rendimiento y la sostenibilidad del sector WASH serán decisivos para la recuperación de los países y para hacerse más resilientes ante el cambio climático.
Considerando este papel central: ¿por qué sufre el sector tan claramente los «desafíos interrelacionados de la falta de inversión y el registro de bajo rendimiento«? El sector WASH requiere una financiación que, por lo menos, se triplique para poder alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Al mismo tiempo, cada 10% de la inversión que se pierde a causa de la corrupción implica pérdidas anuales superiores a 75 mil millones de USD. Dado a que el sector es particularmente vulnerable a la corrupción, algunos estiman que las pérdidas reales son, de hecho, mucho mayores. La baja integridad, problemas de capacidad y la mala gestión empeoran la situación.
Desde inicios de noviembre 2020, los ministros de finanzas de los países asociados a Sanitation and Water for All se reunirán para «desarrollar y fortalecer asociaciones con el fin de realizar inversiones inteligentes en agua, saneamiento e higiene«. Son ellos quienes tienen el poder y la responsabilidad de coordinar mecanismos de financiación más eficaces y atraer nuevas inversiones. Los líderes de opinión del sector coinciden en que, la capacidad de los ministros para hacerlo está vinculada a la mejora de la gobernanza y a un mejor aprovechamiento de la financiación ya existente. Es hora de ir un paso más allá de la buena gobernanza y centrarnos también en la integridad.
Debido a la corrupción, dinero que no podemos permitirnos perder, se filtra fuera del sector WASH. La baja integridad contribuye a inversiones ineficientes e injustas y socava la confianza de los inversionistas al aumentar el riesgo. Debemos tomar el toro por los cuernos y apuntar a una gobernanza responsable y transparente, con medidas proactivas para prevenir la corrupción y fomentar la integridad.
Dinero perdido; inversiones ineficientes e injustas
Existen riesgos para la integridad significativos dentro de la planificación y el diseño de las intervenciones en materia de WASH y en el desarrollo de infraestructuras. Los agentes implicados, la ubicación, el tamaño y las especificaciones de una intervención son todos elementos que pueden ser manipulados para adaptarse a intereses personales y políticos creados. La contratación pública es también otra de las principales esferas de riesgo debido a la magnitud de las corrientes financieras que intervienen.
La colusión entre los propietarios del proyecto y los licitadores, las comisiones clandestinas y la manipulación o supresión de licitaciones son ejemplos relativamente comunes de corrupción en el desarrollo de infraestructuras de WASH. Como resultado, los proyectos son más caros de lo que deberían y se dañan prematuramente, si es que llegan a ser operativos. En términos más generales, otros ejemplos típicos de prácticas de baja integridad son las intervenciones dirigidas a influir en los votos, a proporcionar oportunidades comerciales a los amigos o a cambio de favores, independientemente de las desigualdades en los niveles de servicio, y a expensas de los más necesitados.
Alto riesgo para la integridad: baja confianza de los inversionistas
Interesados clave del sector, como proveedores de servicios o empresas de servicios públicos, deben ser solventes, capaces de defender su gestión financiera y su historial de resultados para acceder a nuevas subvenciones, incluidas aquellas reembolsables y las financiaciones innovadoras de parte de actores nuevos acostumbrados a trabajar con agentes posiblemente más experimentados en otros sectores.
Sin embargo, no es raro que se produzca un abuso de poder político para influir en la gestión de las empresas de servicios públicos. Hay muchas señales de alerta para los inversionistas: el despilfarro de los gastos de las juntas directivas (a menudo compuestas por personas nombradas por razones políticas), las cuestiones de adquisición, el patrocinio en la gestión de los recursos humanos, las irregularidades financieras, los registros mal mantenidos o los mandatos poco claros.
Al mismo tiempo, las empresas de servicios públicos no están necesariamente sujetas a los mismos mecanismos de supervisión y control que muchas instituciones gubernamentales. Sus planes y declaraciones financieras tienden a estar menos disponibles abiertamente, y los mecanismos de participación pública y de presentación de informes son menos desarrollados. Estos son riesgos importantes precisos de abordar.
Aprovechando la financiación existente y colmando el déficit de financiación con integridad
- “Maximizar el valor de la financiación pública existente incentivando el rendimiento del sector, mejorando el objetivo de los subsidios y promoviendo una mejor planificación y gestión del sector.
- Movilizar más fondos estableciendo políticas adecuadas de recuperación de costos, reformando los sistemas de tarifas, introduciendo impuestos con fines específicos y estableciendo una serie de opciones de subvenciones cruzadas.
- Aumentar la financiación interna reembolsable mediante mecanismos que reduzcan los riesgos percibidos y agrupar la financiación a nivel nacional, municipal y de los hogares.
- Alentar la innovación y los nuevos enfoques menos explorados, como fondos climáticos y bonos de impacto social, para aprovechar fuentes de financiación a las que rara vez accede el sector del agua y el saneamiento».
La integridad es un factor facilitador en todas esas areas y los ministros de finanzas y del sector pueden incentivar el desempeño en materia de integridad por ejemplo, con normas más estrictas de gobernanza empresarial, medidas de participación pública, divulgación de información, mecanismos eficaces de supervisión y denuncia, y transparencia y controles en los nombramientos de personal.
Las medidas de integridad pueden contribuir directamente a aumentar la eficiencia financiera al poner freno a la corrupción y a la mala gestión de las inversiones. También pueden estimular mayores ganancias al abordar los incentivos perversos y la influencia indebida de los grupos de interés especial en la planificación y el diseño de las intervenciones. La integridad puede ayudar a fomentar la confianza de los usuarios en los titulares de los derechos, condición para que los aranceles sean comprendidos y aceptados. También puede ayudar a fomentar la solvencia de los proveedores de servicios, una condición para atraer nueva financiación.
La mejora de la integridad es un pilar fundamental para una financiación sostenible en el area del agua y el saneamiento. Las inversiones en el sector deben ir acompañadas de inversiones para mejorar la integridad y la buena gobernanza.